Desde que conoce por completo el mapa genético del ser
humano (gracias al Proyecto Genoma Humano), se ha postulado que tan solo un 2 %
del ADN que contienen nuestras células es codificante (contiene información
necesaria para la fabricación de proteínas). Al 98% restante lo solemos designar con el nombre de ADN basura (dado
que no tiene función biológica aparente).
Sin embargo, una investigación llevada a cabo por el
Proyecto ENCODE, gracias a una inversión que asciende a 146,6 millones de euros,
parece demostrar que no existe el ADN basura. En su lugar, se trata de ADN no codificante cuya principal
función es la de regular la expresión de los genes (en qué momento y lugar se
sintetizan proteínas). Sin estos interruptores,
asegura el proyecto ENCODE, aparecerían numerosas enfermedades.
Esto se consigue a través de la transcripción de un nuevo
tipo de ARN (ARN interferente), cuya actuación puede inhibir la expresión de
los genes.
ENCODE afirma que hasta el 80% del ADN tiene algún tipo de
función bioquímica.
Todos los medios de masas se hicieron eco de la noticia,
incluyendo prestigiosas revistas científicas, como Nature.
No obstante, algunos miembros del ENCODE, así como
determinados medios de comunicación, aseguraban que no era el 80%, sino el 40%
(incluso el 20% en ciertos casos) el porcentaje de nuestro genoma con función
definida. ¿A qué se deben estas incongruencias?
En la actualidad, los resultados del proyecto ENCODE no se consideran del todo válidos. Si
bien se cree verídico que un porcentaje del ADN regula la expresión genética,
se sigue apoyando la existencia de ADN basura.
Se han publicado cuantiosos artículos que se oponen a los
resultados del ENCODE. A continuación, les dejamos una especie de debate
simulado entre el ENCODE y sus disidentes (los argumentos señalados con + se
han tomado del proyecto ENCODE. Los simbolizados con - son argumentos en contra):
+ El 80% del ADN es funcional, pues regula la expresión de
los genes. Por tanto, no existe el ADN basura.
- Es cierto que una fracción del material genético tiene la
función de regular cuándo y dónde se fabrican proteínas. Sin embargo, no se
puede utilizar este hecho para afirmar que el ADN basura no existe.
- El ADN basura, ese 98% de ADN, ha de existir. No solamente
sirve de escudo a las mutaciones
(como el ADN basura no tiene función, estas mutaciones pasarían por
silenciosas) sino que, además, su existencia en el interior del núcleo hace que
este tenga un tamaño proporcional a la célula. De no estar allí ese 98% del ADN, el núcleo sería minúsculo.
+ Opinamos que el ADN basura no existe, pero sí que hay, en
su lugar, ADN no codificante, de modo que la cantidad de ADN total se mantiene
constante, así como el tamaño del núcleo. En cuanto a las mutaciones, el ADN es
reparado de forma sistemática, desapareciendo pues esas mutaciones.
- Es imposible desechar la idea de ADN basura. El material
genético también sufre los efectos de la evolución. Una pequeña parte del mismo
es funcional (ese 2%), mientras que otras regiones del ADN, basándonos en el
neodarwinismo, son víctimas de numerosas mutaciones que lo degradan, haciendo
que deje de ser funcional. Este ADN mutado, sin embargo, no se elimina (a no
ser que sobrepase unos límites). Este ADN que ha permanecido hasta ahora es el
ADN basura.
+ Nuestros experimentos demuestran
que hasta el 74,6% del ADN se transcribe, lo cual significa que ha de tener
alguna finalidad, ya sea la síntesis de proteínas o la regulación de la
expresión genética.
- La transcripción es un proceso estocástico, es decir, se
ve influido por factores aleatorios. Por si fuera poco, estos tramos de ADN
mutados que han quedado como vestigios de la evolución (pseudogenes) también se
transcriben y está claro que no son funcionales. Los intrones, secuencias que
no codifican proteínas, también se transcriben aunque luego son eliminadas.
Incluso los transposones, secuencias de ADN que pueden modificar su posición,
son transcritas, sin importar que la mayoría no tienen función. Los
transposones pueden constituir hasta 2/3 del genoma humano.
+ También está demostrado que todo ADN funcional muestra una
serie de propiedades. Hemos podido observar que casi el 80% del ADN presenta
sendas características, por lo que es funcional.
- Eso es un argumento falaz (afirmación del consecuente).
- Además, según el proyecto ENCODE, el hecho de que el 74,6%
del ADN se transcriba ya significa que tiene función. Entonces, por ese mismo
principio, se podría afirmar que el 100% del ADN tiene función, pues sufre un
proceso mucho más complejo como es la replicación.
- En definitiva, el proyecto ENCODE no solamente utilizó de
forma incorrecta el término ‘función’, sino que, además, sus resultados no
tienen sentido si consideramos que el ADN sufre mutaciones.
Conclusión final: No podemos desechar el concepto de ADN
basura.
Fuentes:
> A favor de ENCODE:
> En contra: